Conocí a Carla varios años después de que mi hermano Joaquín había fallecido. Llegué a ella preguntándome muchas cosas, sobre todo tratando de entender: ¿Por qué le había pasado a él? ¿Por qué se murió?
Carla me enseñó que la muerte es parte de la vida, y así comencé a entender que mi hermano solo se fue antes, se fue primero. Me enseñó que el sufrimiento y el dolor no son lo mismo. Ese fue el momento en el que comencé a transitar mi duelo, que hasta entonces no lo había hecho.
Extraño a mi hermano, pero siempre está presente en mi corazón y en mi mente.
Mi experiencia con Carla fue maravillosa, es un ser muy especial. Con ella pude ver y entender que la muerte es parte de la vida, tan simple como eso, y que la muerte no es mala. Pude hacer un duelo sano y seguir respetando el dolor.
Solo tengo cosas lindas para decir de Carla y, sobre todo, gracias. Gracias por ser tan especial, gracias por ayudarme. No tengo dudas de que, de esta manera, vas a seguir ayudando y acompañando a muchas familias.
Joa, así es como te tengo presente: alegre, divertido y con un corazón enorme.
Gracias por enseñarme tanto, gracias por enseñarme a vivir. Te llevo en mí y nuestras almas siempre van a estar unidas.
Tu hermana, Be.
